domingo, 13 de diciembre de 2009

Pueblo Quieto 2

Justamente cruzando la puerta que separa mi realidad de la verdadera, se instala la máxima representación de las costumbres ancestrales, los viejos sonríen al verle , se regocijan de su obra, los jóvenes disfrutan de la actividad, ante mí se presenta como una gran bofetada, es como vivir con el enemigo y sublevarme ante el… ellos ven una obra maestra de artesanía profesional, yo veo la muerte de varios árboles, ellos sonríen y beben bajo su sombra, Yo, bajo la mirada al pasar, esa gran enramada que abarco toda la calle, cobijo a todo el pueblo durante unas escazas horas, esa horas donde fueron felices, cantaron, bailaron, fueron paganos; No sonreí, No fui feliz, porque por unas horas de diversión, Nos quitamos de la bendición del agua, agregamos una canícula más fuerte, más seca, calurosa e intensa que las anteriores, por cada árbol, por cada tronco de ese monumento, una cruz se levanto en el bosque, una llaga mas fuerte a nuestra cansada madre tierra, le quitamos a sus hijos, los asesinamos frente a su cara, los asesinamos en su casa, nos reímos de ella.
Estos días son de felicidad y abundancia fingidas, el banquete es de los perros, las sobras son platillos suculentos.
El próximo cacique demostró su poderío.
Hay algo de prehispánico que circula por las venas, algo que no se ha borrado…Siempre preferiremos los espejos de colores al amor por la tierra.

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